Tras la confirmación en Estados Unidos de 350 pacientes con afecciones respiratorias como resultado del vapeo, las opiniones sobre este hábito y el uso de los cigarrillos electrónicos fluyeron igual que el vapor.
En la disputa (y aunque los mismos vapeadores afirmen que los e-cig ayudan a dejar de fumar) los médicos recalcan que todavía no existen investigaciones capaces de avalar dicha promesa o demostrar la inocuidad de los dispositivos. Una falta de certeza que llevó a que la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) prohibiera en 2011 su venta y distribución.
Sin embargo, desde entonces el vaping se convirtió en una tendencia en el mercado y es recién ahora, con los nuevos casos médicos registrados alrededor del mundo, que diversas instituciones estatales y privadas comienzan a tomar cartas en el asunto. En esta línea, los cigarrillos electrónicos ya fueron prohibidos hace una semana en India, Tailandia y una parte de los Estados Unidos. Además, hay algunas iniciativas para restringir su consumo en Córdoba y Buenos Aires.
Este fue el impulso que llevó al legislador Claudio Viña a presentar un proyecto que incluya en la Ley Provincial N° 7.575 la prohibición de los cigarrillos electrónicos en espacios cerrados como instituciones educativas, restaurantes, hospitales y servicios de transporte público.
Además, los legisladores Alfredo Toscano y Javier Pucharras presentaron otras dos propuestas con un mismo objetivo en mente: prohibir la comercialización, distribución y promoción de los e-cig en nuestra provincia.
De aprobarse, ¿cuál sería la implicancia de ambos proyectos? “El tema es que no existe en la provincia un órgano de control que ponga en práctica la resolución de la Anmat y permita aplicar las sanciones correspondientes -explica Viña-. En cambio, con una contención legal, la supervisión de ventas y consumo de cigarrillos electrónicos estaría a cargo del Instituto Provincial de Lucha Contra el Alcoholismo (IPLA) y acabaría ese vacío legal”.
Ambos proyectos ya cuentan con dictamen unánime de la Comisión de Acciones Preventivas y Asistenciales de las Adicciones y serán tratados en la sesión del jueves que viene.
Es vapor, no humo
Ante la réplica de las prohibiciones en diferentes países, la respuesta por parte de los comerciantes y los vapeadores no tardó en llegar.
En el caso de Estados Unidos desde hace unos días circula en internet una petición (con más de 189.000 firmantes) para evitar la prohibición de los e-cig saborizados y, en España, se realizó a principios de mes una movilización a favor de la venta online de vapers.
“Igual que pasa con los cigarrillos convencionales el conflicto pasa por la publicidad engañosa, el dispositivo no tiene nada que ver. Son muchos los fumadores y vapeadores que saben los riesgos de la práctica y fuman igual. Lo que debe combatirse es esa desinformación y no ser tan fatalistas como para prohibir solamente los cigarrillos electrónicos mientras los otros tipos tienen apenas algunas restricciones en lugares cerrados”, increpa Nicolás Fernández dueño de la tienda de vapeo “360”.
Con un año de vaping a cuestas, el estudiante Federico Huespe también considera que la solución va por otro lado y que una medida similar podría traer efectos negativos. “Vamos a lograr que se abra otra rama del mercado ilegal y se pierdan las regulaciones que ya existen. Por ejemplo, en Estados Unidos, donde murieron ocho personas porque los cartuchos de recarga que compraron en el mercado negro tenían tetrahidrocannabinol (componente psicoactivo presente en el cannabis), lo que no pasa en comercios autorizados”, argumenta.